Maddalena Casulana, un canto de lucha.

 

Hace muy poco tiempo que la problemática de género se visibiliza en redes sociales y demás medios de comunicación a raíz de la presión que como ciudadanas hemos venido ejerciendo en los últimos años y no ha quedado más alternativa que hablar abiertamente sobre brechas salariales, desigualdad de oportunidades, feminicidios, acoso, legalización del aborto, entre otros.

En la actualidad nos resulta inverosímil tan sólo pensar que antes estaba prohibido vestir pantalones, abrir una cuenta en el banco, divorciarte, planificar una familia, tener derecho a la educación, a firmar documentos sin autorización, (lo más sorprendente es que aún hay países con prohibiciones de este tipo) entre otras restricciones.

Históricamente el mundo de la música tampoco ha queda exento de este tipo de convencionalismos que limitaron la libertad laboral y de expresión del género femenino; como la tradición católica de castrar niños para los coros de iglesia antes que permitir que una mujer formara parte de este, la construcción de violoncellos más pequeños porque era “poco femenino” que una mujer abriera las piernas para tocarlo, y ya ni mencionar la labor creativa y de composición que quedaba en el anonimato, o nunca veía la luz o se escondía bajo el nombre de un esposo para ser tomada en serio. Hasta que en 1568 ocurrió un hecho sin precedentes; una mujer llamada Maddalena Casulana (1544-1590), compositora, cantante e intérprete de laúd, logró ser la primera mujer en la historia de la música occidental en tener un libro impreso y publicado, quien dedicó especialmente a Isabella de Medici con las siguientes palabras: “Deseo mostrar al mundo, tanto como pueda en esta profesión musical, la errónea vanidad de que sólo los hombres poseen los dones del arte y el intelecto, y de que estos dones nunca son dados a las mujeres” . Este acontecimiento tiene una gran relevancia no sólo en la historia de la música occidental, sino en la historia del feminismo aún que para ese entonces dicha definición ni siquiera hubiera sido pensada.

Maddalena Casulana nos muestra, que el feminismo, el reconocimiento de los derechos de la mujer y la búsqueda de igualdad de oportunidades laborales, no son propias de una generación en específico, es una lucha que viene gestándose siglos y siglos atrás con el único propósito de apropiarnos de nuestros talentos, nuestros derechos y sobre todo, apropiarnos de nuestra voz. Ella ha sido una gran inspiración por su valentía, su fuerza por reivindicar el papel de las mujeres en la música y su valor para alzar la voz, enfrentándose a un mundo de varones y nadando contra corriente en una sociedad donde las mujeres sólo éramos vistas como receptáculos reproductores.

El cuarteto Solo 4 rinde este pequeño homenaje a su memoria, su bellísimo legado y su lucha en estos días que se conmemoró el Día de la Mujer.

 

Araceli Pérez Martínez. 10 de Marzo del 2020