Si me dijeran, pide un deseo… ¿cuál sería? Queda claro, ante la pregunta, que tenemos infinitas alternativas, eso hace difícil la deliberación, pues cuando hay tantas opciones todo se vuelve más complicado. Con este difícil cuestionamiento comienza una de las más bellas canciones del compositor cubano Silvio Rodríguez.
Silvio nació el 29 de noviembre de 1946 en una zona rural donde los campesinos llaman rabo de nube (raboenube) a los tornados. Su padre era un campesino devoto de la poesía y su madre siempre fue aficionada al canto, de ahí la combinación tan exitosa. A sus 73 años, Silvio sigue siendo poeta, cantautor, guitarrista y uno de los más importantes exponentes de la música conocida como la Nueva Trova, surgida de la Revolución cubana. De pequeño vio caer la dictadura de Batista y fue testigo de cómo en su país, poco a poco, todos comenzaron a leer y escribir, prioridad importantísima al inicio de la revolución.
En sus más de cuatro décadas de carrera musical ha escrito alrededor de quinientas sesenta canciones con temas diversos como la política, el amor y los asuntos cotidianos; por lo que es uno de los cantautores de mayor trascendencia internacional de habla hispana. A finales del siglo pasado fue elegido en su país, junto con Ernesto Lecuona, como uno de los dos mejores compositores cubanos del siglo XX. Un personaje único, sin duda.
“Rabo de Nube”, la obra musical que nos convoca en esta ocasión fue escrita en la Ciudad de México “una tarde sin prisas” según narra el compositor, en el año de 1977.
La canción nos pregunta ¿Cuál es tu deseo? y ella misma contesta, como cualquiera de nosotros lo haría en un momento de desolación y tristeza. Deseo que llegue un remolino, un huracán, un viento tan fuerte que espante para siempre las aves de la tristeza que he permitido que habiten en mi cabeza y mi corazón. Deseo una lluvia fresca que limpie el cielo y al caer sobre mí, me bautice con esperanzas nuevas.
Esta es una interpretación personal pero bien podría estar hablando del deseo por acabar con todos los males que aquejan al mundo; la pobreza, el hambre, la indiferencia que mostramos al ver el sufrimiento de nuestros semejantes. Lo que es verdad es que la canción es poesía pura musicalizada de manera excepcional.
La obra original fue hecha para arpa, la que SOLO 4 les ofrece hoy, es una versión para guitarra, autoría de Gerardo Matamoros, que además acompaña a nuestra Mezzosoprano Tatiana Burgos De Santiago.
Rabo de nube y Tatiana juntas, son una perfecta combinación, su voz, su expresión y el sentido que le da al canto hacen que sea un deleite al oído y más aún, si lo complementamos con la sutileza flamenca de la guitarra de Gerardo. Nadie como ellos hace tan suyo el significado del mensaje.
La poesía es la máxima expresión del ser humano y cuando se pone genuinamente el alma en la palabra, el resultado no puede ser mejor.
Liliana Valadez, 29 de Junio del 2020.