¿Qué es el amor? ¿Ha cambiado a través del tiempo? Hay una frase de Aristóteles que dice que “El amor esta compuesto por un alma habitando dos cuerpos”.
Los intentos por tener un significado del amor han sido muchos, pero siempre son contradictorios pues depende de las experiencias vividas es que se puede hablar sobre el tema, pero a grandes rasgos, es un sentimiento de afecto que se puede tener a una persona, un recuerdo, un ideal, un animal e incluso a algún objeto o actividad. El amor también está ligado a la atracción sexual hacia una persona con la que se desea una relación.
Lo que es cierto es que todos estamos en busca de él, pues lo consideramos un puente a la felicidad y cuando no es correspondido o nos encontramos alejados de la persona que nos quita el sueño, nos causa dolor, angustia y perdemos la paz.
Esta poderosa fuerza ha sido la misma a través del tiempo y eso lo demuestran un sinfín de poemas, canciones, literatura y hasta series televisivas dedicadas al amor, al desamor y todas sus variantes.

En Inglaterra, entre el Siglo XVI y XVII vivió un compositor de nombre John Dowland, su instrumento era el laúd y con este se acompañaba la mayoría de sus canciones. Una de ellas es “Come again, sweet love doth now invite”, este melancólico madrigal inglés llama a la persona amada a que venga a él nuevamente, para que puedan disfrutar juntos de la magia del amor. En el primer verso podemos notar la desesperación y urgencia con que se desea ver, oír, tocar y besar a la persona amada, incluso disfraza los placeres sexuales detrás de la palabra muerte que podríamos interpretar como “La petit mort”. Más adelante nos hace sentir la tristeza del abandono, pues suspira, llora, desfallece y vuelve a “morir” por el inmenso dolor que le provoca la separación de la persona que ama.

Como podrán notar, este amoroso ejemplo musical es una pequeña muestra de que las canciones sobreviven al implacable paso del tiempo y ya sea un madrigal renacentista o una canción pop actual, los temas no han variado un ápice, pues la pasión y el deseo son inherentes al ser humano. Nada, con respecto al amor, ha cambiado al paso de los siglos, pues las emociones siguen siendo las mismas, seguimos cayendo en las trampas de cupido sin meter las manos si quiera.
La frase de Aristóteles es una verdad categórica, pero desafortunadamente siempre existirán almas que no pueden o no deben juntar los cuerpos que le pertenecen, para ellas va este madrigal, esperando que encuentren consuelo en el mal de muchos…

Liliana Valadez, 15 de Junio del 2020.