Por lo general, el artista realiza con gusto su trabajo porque le produce satisfacción, pues vivir haciendo lo que más te gusta es una ventaja que no todos tienen. Algunos no buscan el reconocimiento público, pero si lo llegan a obtener es un valor agregado, pero cuando no se otorga por cuestiones ideológicas, es decir, por la intolerancia de una sociedad, eso es absolutamente indignante.
Esto le sucedió a Herman Hollanders (1595-1640). Son pocos los datos biográficos que se tienen de él, entre ellos, que nació en Breda, en los Países Bajos y estuvo casado con Clara Joosten con quien tuvo siete hijos. Fue vicario del Capítulo de Eindhoven y organista de la Iglesia de Santa Catalina en esa misma ciudad. Trabajó como organista y maestro de escuela de la Iglesia de San Lamberto, y luego de 1627 a 1637 como maestro de canto en la Iglesia de Nuestra Señora de Breda.
Se han conservado dos volúmenes originales de composiciones de su autoría, que se encuentran en la biblioteca del Collegium Augustinianum Gaesdonck, siendo estos: “Parnassus ecclesiasticus” (1631) y “Jubilus filiorum Dei” (1634). Contienen alrededor de 50 obras, parte de las cuales no están completas.
La vida y obra musical de Herman se difumina en el momento que tuvo que salir de Breda, inicialmente la Iglesia donde trabajaba era católica, pero durante la Guerra de los Ochenta Años, el protestantismo ganó ventaja y Nuestra Señora de Breda se convirtió al calvinismo y la música de la iglesia católica desapareció, así que es posible que Hollanders que era católico, tuviera que huir con su familia al sur de los Países Bajos. Hay registro del ayuntamiento holandés de Alkmaar por el pago de algunos servicios “desconocidos” que se podría pensar que son de su fallecimiento en 1640, y esa es toda la información que se tiene. Esta migración de la familia Hollanders hace que se desconozcan más datos biográficos y musicales de Herman, lo cual es una perdida musical importante.
Como podrán escuchar en el video que acompaña este artículo, la obra “Exultate Justi” es brillante y de una devoción absoluta, es un ejemplo claro de que Hollanders era un magnífico compositor que merecería ser recordado, así como su música debería ser interpretada regularmente como la de muchos de sus contemporáneos.
En estos tiempos modernos es difícil pensar que alguien tenga que cambiar de ciudad por alguna otra razón que no sea por decisión propia, pero aún sigue sucediendo, la intolerancia de las sociedades y la violación a los Derechos Humanos, desafortunadamente es noticia de todos los días.
Para que estas realidades no nos sigan avergonzando como sociedad debemos educarnos en la tolerancia, es decir que hay que intentar analizar y comprender los motivos culturales, sociales, económicos, políticos y religiosos de la intolerancia; pues algunas de las motivaciones que dan origen a la violencia y la exclusión parten de ignorar o temer a otras culturas, naciones o religiones, queriendo imponer una verdad absoluta sin tomar en cuenta las distintas circunstancias, sin pensar que en algún momento todos somos los otros.
Mis compañeras y amigas de SOLO 4 estamos a favor de la tolerancia, la inclusión y los Derechos Humanos, por eso queremos rendirle un homenaje un poco tardío, pero muy merecido a Herman Hollanders.
Liliana Valadez, 10 de Agosto de 2020
Pintura de Víctor G. Fernández