Le esencia de lo que somos se encuentra en nuestra memoria, estamos hechos de todo lo vivido: comidas, viajes, música, amigos, familia, amores, libros; no importa si son buenos o malos recuerdos, están ahí y nos hacen ser. La música específicamente tiene particular importancia en este asunto de la memoria; ¿cuántas veces hemos escuchado alguna canción que teníamos olvidada y de repente nos sorprendemos cantándola? ¡Hasta con pasos de baile! y es que las melodías reavivan nuestros recuerdos.
La música estimula las partes de nuestro cerebro relacionadas con las emociones y por eso a través de ella podemos sentir alegría, nostalgia, sorpresa o miedo. Cuando escuchamos música liberamos dopamina de la misma forma que se libera con la comida, el sexo o las drogas, eso influye en nuestro estado de ánimo.
Gracias a nuestra memoria somos capaces de convivir diariamente con las personas que nos rodean, nos prepara para desarrollarnos intelectualmente y también influye a la hora de tomar decisiones, pues nos ubica en el contexto de diversas situaciones ya experimentadas.

La memoria es increíble y siempre nos maravilla, pero su relación con el olvido es indiscutible. No podemos hablar de la memoria sin hablar del olvido. Olvidar no es malo. De hecho, es necesario y beneficioso. ¿Se imaginan que pudiéramos recordar cada segundo, con lujo de detalle, de todo lo que hemos vivido? Seguramente sería insoportable y no resultaría efectivo cuando en algún momento quisiéramos recuperar una información concreta, por eso el olvido es una función necesaria para poder recordar.
Dicen que la felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria, pues el poder borrar de nuestra cabeza los momentos que nos causaron dolor hace que tengamos una vida más placentera, pero en realidad, lo que nos preocupa es olvidar las cosas que son valiosas o que consideramos importantes en nuestra vida.

A lo largo de los últimos meses, las integrantes de SOLO 4 hemos compartido con ustedes videos de nuestros conciertos y también de algunas otras actividades musicales que realizamos con distintas agrupaciones. La música que hemos interpretado vive en nosotras, nos ha guiado hasta aquí, mostrándoles lo que somos y de lo que hemos sido parte.

En esta ocasión traigo a mi memoria al sexteto vocal “Mexicalia”, agrupación a la que pertenecí por diecisiete años, y que no quiero dejar en el olvido, pues cada vez que nos escucho es volver a vivir esos tiempos maravillosos, que son parte del cimiento de lo que ahora somos.

“Uno apenas es una cosa cierta
que se deja vivir, morir apenas,
y olvida cada instante, de tal modo
que cada instante nuevo lo sorprenda” Jaime Sabines

Pintura, Alberto Pancorbo

Liliana Valadez, 19 de Octubre de 2020